miércoles, 16 de junio de 2010

Revuelta en el Metrobús

Durante esos dos meses que he vivido en México he visto muchas cosas que, mientras son comunes para los 'chilangos', parecen raras para los extranjeros como yo. Sin embargo, lo que presencié en el martes pasado fue totalmente insólito. Así como todas las grandes metrópolis, todos sabemos que el DF. tiene muchos problemas crónicos, siendo uno de ellos el transporte público. Así es que la población por fin se acostumbra de las molestias cotidianas y pasa después a casi ignorarlas, pero deja su indignación latente, lo que puede crear un círculo vicioso muy peligroso.

Eran cerca de las 8:30 de la noche y esperaba el Metrobús junto con mi novia en la estación Corregidora. Tan pronto llegó el primer carro – que estaba muy lleno como de costumbre -, subimos y aguardábamos por la partida. Nos extrañamos que por varios minutos las puertas se quedaran abiertas, hasta que un agente de la policía auxiliar nos informó que había un problema mecánico y todos deberían bajarse. Siguiendo las órdenes, todos salieron excepto 5 ó 6 señoras que ya estaban ahí desde la otra estación y sentadas en los primeros asientos del autobús.

Se negaban a dejar el transporte diciendo que no era la primera vez que algo así se pasaba, reclamaban de la calidad del servicio y completaban gritando que habían esperado mucho en la parada. Mientras el policía intentaba resolver el problema de una forma pacífica, las personas que habían salido seguían paradas en el andén, esperando que este camión fuera removido a fin de que otros pudieran llegar para atenderlos.

Los autobuses que venían tras de eso pasaban al lado y por cada nuevo carro que se desviaba la tensión entre la gente aumentaba. Al principio la situación pareció chistosa, después triste y por fin nerviosa. Empezaran a gritar “que se bajen, que se bajen”, lo que me pareció aumentar aún más el sentimiento de rabia de las señoras y llegué a recelar que algo de más agresivo pudiera pasar, lo que felizmente no ocurrió.

Lo que nadie comprendía, y yo tampoco, era la manera de pensar de las señoras, pues no era lógica: el autobús no podía seguir viaje y por consiguiente las mismas señoras no llegarían a su destino. Pero estaban decididas a quedarse ahí y su cólera parecía impedirles de pensar. Después de algunos minutos, bajo presión de todos, por fin ellas desistieron de su revolución particular y volvieron a integrar el grupo de los silenciados por la resignación.

Por fin entendí que aquel no era un acto difícil de comprender. Era simplemente personas oprimidas haciendo uso de la única arma que tenían para mostrar su indignación, un sentimiento que es común para todos indiferentemente de la cultura. Al final, americanos, brasileños, húngaros, mexicanos, todos somos seres humanos. Sin embargo, lo que más me preocupa no es la manera encontrada por estas pobres mujeres para defenderse de la injusticia y indiferencia que sufren diariamente, la cual fue usando exactamente las mismas armas de que son víctimas, sino el problema resultante que tendrá la propia sociedad si seguir dejando que se silencien las voces de los justos.

3 comentarios:

  1. mazáa! ja ta escrevendo em espanhol e tudo!! :)
    e ainda vira noticia! que massa! hehe

    e tu tem uma "novia" ai entao? :) que legal!

    saudade, guri!

    beijo!

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  2. Buena brother! Buena crónica y español PERFECTO!

    Com esse nivél de espanhol ja pode pedir a nacionalidade argentiiiiiiiiinaaaa! (nao esqueca de dizer boludo, pelotudo e Diego, e escrever essa última palavra como D10S!)

    Abraco!

    Rulo!
    www.blogderulo.blogspot.com
    www.dementealente.blogspot.com

    (me ayudas a difundirlos! ja!)

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